En Grecia, el asfódelo (también conocido comúnmente como gamones) se relaciona con los muertos. Homero afirma que en el Hades o mundo subterráneo estaban los Prados Asfódelos, adonde iban los muertos que no merecían premio ni castigo. Perséfone, aparece coronada con una guirnalda de esta planta.
No recuerdo donde leí esto hace unos días, el caso es que buscando información sobre esta curiosa flor que protagoniza las fotografías que acompaño (tomadas en la Atalaya de Cabra, durante la Semana Santa pasada) di con un poema con su mismo nombre, del cual quiero compartir unos versos.
Su autor, William Carlos Williams.
Invito, al que guste, buscarlo para leerlo completo.
Asfódelo (fragmento)
Del asfódelo, esa flor algo verde,
igual que un botón de oro
sobre su tallo bifurcado
—si no fuera porque es verde y leñoso—
yo vengo, querida,
a cantarte.
(…)
He olvidado
y veo sin embargo con bastante claridad
algo
central en el cielo
que
¡Un olor
emana de él!
¡Un olor dulcísimo!
¡Madreselva! Y ahora
llega el zumbar de una abeja
y toda una marea
de memorias hermanas.
Sólo dame tiempo,
tiempo para recordarlas
antes de que deba hablar.
Dame tiempo,
tiempo
Cuando era muchacho
tenía un libro
al que, de tanto en tanto,
agregaba flores prensadas;
luego, tras cierto tiempo,
tuve una buena colección.
El asfódelo,
agorero,
entre ellas.
Te traigo
resucitada,
la memoria de esas flores.
(…)
No puedo decir
que llegué al infierno
por tu amor
pero muchas veces
me descubrí allí
al ir en tu búsqueda.
No me gustó
y quise estar
en el Cielo. Óyeme.
No te alejes.
Aprendí mucho durante mi vida,
en los libros
y fuera de ellos
acerca del amor.
La muerte
no marca su fin.
Hay una jerarquía
que puede ser recorrida,
creo,
en su servicio.
Su galardón:
es una flor mágica;
un gato de veinte vidas.
(…)
Estuvimos
año tras año
frente al espectáculo de nuestras vidas
con las manos juntas.
La tormenta desenvuelta.
El relámpago
juega sobre el filo de las nubes.
Hacia el norte el cielo
es plácido,
azul en los arreboles
mientras la tormenta crece.
Es una flor
que pronto alcanzará
el máximo de su florecer.
Bailábamos,
en nuestras mentes,
y leíamos un libro juntos.
¿Recuerdas?
(…)
Debe estar conectado para enviar un comentario.