<< Tan alto llegó el ciprés que, acariciando a la luna, le susurró.

– Estoy muriendo lentamente.

Y la luna tornó su sonrisa en llanto.

– Ciprés, tú ya me abandonaste. No fuiste capaz de alargar tu sombra hasta el río, donde mi reflejo bailaría contigo y los peces más valientes llevarían nuestra pasión tatuada en sus escamas. Uno a uno, nado a nado, rama a rama, cerco a cerco.

– Luna…

– Yo menguaré de nuevo. También, como tú, muero lentamente, Ciprés. Pero la esperanza me invita a nacer cuando el sol deja de calentar tus hojas.

Días después, el ciprés se derrumbó sobre el río. Y la luna, nunca más pudo reflejarse en sus aguas, pues no soportaba el dolor de acariciar el cuerpo inerte de su amigo. >>

 

microrrelato-sombra-ciprés

Hace unos días hice esta foto la cual inspiró este microrrelato. No tiene filtro ni retoque alguno. Solo el olivo fue testigo de la tragedia inventada. ¿O pasó de verdad?

Espero que os guste.